LaBeouf acostumbra a ser noticia por sus polémicas más que por su trabajo como actor. ‘All My movies’ o ‘I Am Sorry’ son algunos de sus últimos proyectos, que han dado mucho que hablar y sobre todo han hecho crecer ese aura misterioso que envuelve a este joven estadounidense de 29 años.
Encaja a la perfección en el cliché de frustrado, complicado e incomprendido. Así es Shia, que según cuenta en una entrevista tuvo una crisis existencial recientemente, lo que le hizo pasar por una exploración personal que le permitió conocerse a sí mismo.

Es amante del arte y crea recientemente lo que él denomina como una representación artística que se llama ‘I am Sorry’, donde aparece él sentado en una mesa. Sobre ella hay un látigo y unos alicates. La gente del público puede pasar y hacer lo que quiera con él, literalmente, puede coger los alicates y arrancarle las uñas si quiere, no sin antes decirle lo que siente y piensa sobre él. El actor se presta para darles la oportunidad de expresar en persona ese odio que se muestra hacia él desde las redes sociales.

‘Fill the void’
Tiene claro que quiere dejar su marca, rellenar su vacío y encontrarle sentido a la vida (‘fill the void’), algo que se ha constituido casi como su lema personal. Llegó a tal punto de perdición, que acabó en el calabozo durante 24 horas por escupirle a un agente policial. Sus desvaríos emocionales son los que han acabado construyendo esa imagen tan difusa que proyecta al resto del mundo.
Lleva esta personalidad tan trascendental a todos los ámbitos de su vida, en un intento por probar la autenticidad, no solo de su trabajo, sino de su persona en sí. En el rodaje de ‘The Necessary Death of Charlie Countryman’ decide ingerir ácido para meterse en el personaje. Un compañero de reparto dijo que fue muy bonito verlo drogado, desnudo y hablando sobre búhos, una imagen que nos hace una idea de lo que el actor es capaz de hacer.
En ‘Fury’ no solo se pasó un cuchillo por la mejilla dejándose unas cicatrices que ayudaban a la caracterización de su personaje, sino que también se arrancó un diente para pulir los detalles, pues “desde maquillaje no se hacía un buen trabajo”. En el rodaje interpretaba a un cabo que se pasa casi toda la película dentro de un tanque, estuvo cuatro meses sin ducharse.
“Una vez que das al play y sientes toda esa vulnerabilidad tuya, no solo hay gente captando tu lado artístico, sino también tu lado humano. Viendo eso, has compartido todo”.
Su último proyecto, que no se sale de las singulares líneas del joven LaBeouf, ha reventado la redes con gifs y vines de las reacciones del actor en un ‘binge-watching’ de todas sus películas que duró tres días. En una entrevista junto con Rönkkö & Turner, creadores de este proyecto, dijo que salió adorándose a sí mismo.

Tras su andadura por vídeos virales, algunos videoclips o incluso sus comienzos en Disney, ahora parece estar viviendo un aislamiento provocado por su condición de personaje conocido. Bien es sabido que la fama no ha sido buena compañía para algunos en varias ocasiones, pues llega a mermar en la mente de algunas estrellas que no tienen escrito un final demasiado feliz. Solo esperemos que LaBeouf sí lo tenga.